sábado, 24 de noviembre de 2012

El ritmo generado por las placas avoca al sentido del movimiento, al ascenso que sostienen el volumen que crea el interior y lo intimo. Su interioridad refleja el sentimiento colectivo de la comprensión de un espacio que es publico, donde todxs participamos de todxs, y donde llegada del ascensor es un acontecimiento que repercute en toda la obra como si fuera una exposición, como si fuera un barco que llega al puerto de Valparaíso. Y esto repercute tanto en su interior, como su presencia hacia el exterior. Sus placas transformadas en receptores, se crean como cascadas al suelo suntuoso de la ciudad. Valparaiso requiere un hito en su cerro bellavista. entre placas vislumbro el pasar de la ciudad, la luz genera el ritmo del ascenso en el interior.