viernes, 24 de diciembre de 2010

Mal-l

Al parecer el ser humano busca los rituales. Si no es una misa, si no es una inciacion a la adultez, es una compra de fin de año, es entrar a los neotemplos del consumo y de los servicios. Es que grandes construcciones se alzan, y parecieran transportar a miles de personas al interior de un mistico momento: tal es el punto que aparecen monedas donde no las hay, aparecen bonus donde ya no quedan, y te entrega a cambio el placer de sentirte millonario, con riqueza y mucho amor para brindar a todos los esclavos del plástico. Seguramente estamos sesgados por esta nueva divinidad. Seguramente es este neo-satan que aducen los coros de canciones argentinas. O tal vez sea una versión mejorada de la esclavitud, esta esclavitud vestida de plasma, de tres de, de virtualidad en finales. No quiero parecer un metafísico, tampoco un religioso, pero me asusta el hecho de pensar de que forma nos dejan sin mirar, unos cuantos a cientos de miles, siendo que no tienen manos para taparnos a todos los ojos. Sus manos son poca cosa, por que no las ocupan. Tienen empleados para aquello, no se ensucian con la plebe. Es que también nos resuena Nietzsche, cuando nos hablaba de la genealogia de la moral, y de que forma lo bueno es noble, y lo malo es plebe. Eso ya a mas de un siglo.