No pretendo hacer un estudio de historia regional, tampoco hacer un estudio cultural. Aun no aprendo señores, en vola cuando lo haga lo intentaría.
Hoy salí a esas callecitas de Puente Alto. No a hacer antropología política, como haría un maestro, si no que banalmente a comprarme ropa. Tarde o temprano requerimos de ella.
Me escondí tras un poste, el sol se empinaba mas allá de mi hombro desde el oriente. La sombra me cubría, y en si, me entregaba a su querer. Pues miraba los autos pasar y mientras tanto una historia se asomaba en mi oreja, no se detenía el cause de los autos, así es que me dedique a seguirla. Trabajaba vendiendo sepulturas, y por ende soñaba que vendía sepulturas, y que mi jefe me decía todo el día : Vende. Yo no quería ser el mejor, por que sino seria supervisor, quería ganarme ese famoso viaje a México, all incluido , si no con gusto recibía el viaje a Con-Con. Con esa idea me obsesione, es que el sueldo de 170 no alcanza y podía redoblar con las puras ventas. Me mentalice y deje a mi familia de lado. Vendía hasta las 11 y media de la noche. Mi esposa desconfió, por ende, le pedí que me siguiera y me acompañara a una venta. Luego que me creyó, le enseño a Pablito a su año de edad a decirme "Papa, no te vayas al parque", claro, me cago la psiquis, cada vez que llamaba, no respondía mi esposa, respondía el diciéndome: PAPA NO TE VAYAS AL PARQUE, QUÉDATE CONMIGO JUGANDO.
Es verdad, no alcance a escuchar esto en un semáforo, por que era un paso de cebra, es que raramente en este lado de la ciudad, los pasos tarde o temprano se consolidan como represa amontona autos y micros tras el. En ese tanto, se puede escuchar una vida, y ni si quiera tuviste la intención de hacerlo.
Pregúntele a Alessandro Portelli. El si que tiene un oido, y una memoria digna de destacar.