viernes, 31 de diciembre de 2010

Puente Asfalto II

No pretendo hacer un estudio de historia regional, tampoco hacer un estudio cultural. Aun no aprendo señores, en vola cuando lo haga lo intentaría.
Hoy salí a esas callecitas de Puente Alto. No a hacer antropología política, como haría un maestro, si no que banalmente a comprarme ropa. Tarde o temprano requerimos de ella.

Me escondí tras un poste, el sol se empinaba mas allá de mi hombro desde el oriente. La sombra me cubría, y en si, me entregaba a su querer. Pues miraba los autos pasar y mientras tanto una historia se asomaba en mi oreja, no se detenía el cause de los autos, así es que me dedique a seguirla. Trabajaba vendiendo sepulturas, y por ende soñaba que vendía sepulturas, y que mi jefe me decía todo el día : Vende. Yo no quería ser el mejor, por que sino seria supervisor, quería ganarme ese famoso viaje a México, all incluido , si no con gusto recibía el viaje a Con-Con. Con esa idea me obsesione, es que el sueldo de 170 no alcanza y podía redoblar con las puras ventas. Me mentalice y deje a mi familia de lado. Vendía hasta las 11 y media de la noche. Mi esposa desconfió, por ende, le pedí que me siguiera y me acompañara a una venta. Luego que me creyó, le enseño a Pablito a su año de edad a decirme "Papa, no te vayas al parque", claro, me cago la psiquis, cada vez que llamaba, no respondía mi esposa, respondía el diciéndome: PAPA NO TE VAYAS AL PARQUE, QUÉDATE CONMIGO JUGANDO.

Es verdad, no alcance a escuchar esto en un semáforo, por que era un paso de cebra, es que raramente en este lado de la ciudad, los pasos tarde o temprano se consolidan como represa amontona autos y micros tras el. En ese tanto, se puede escuchar una vida, y ni si quiera tuviste la intención de hacerlo.
Pregúntele a Alessandro Portelli. El si que tiene un oido, y una memoria digna de destacar.